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Empatía

No sé cuando se fue la necesidad de escribir, si cuando mi cabeza y mis ojos empezaron a funcionar de manera diferente, cuando llegó el embarazo o cuando se desencadenó todo lo demás. Hace ya mucho tiempo de eso y ahora pienso en las señales que mi cuerpo me daba y que yo no escuché.  Ya nada es como antes porque ni siquiera yo soy como antes, ni mi manera de ver el mundo ni mi manera de sentirlo. Ya no tengo esa capacidad terapéutica de ponerme profunda que antes me servía. Ni recuerdo las frases trascendentales que encajan y acompañan a la perfección esas fotos tan elaboradas. No soy una millennial, ni una instagramer. Soy una señora, ¿Señora? Con una cabeza desordenada. Pero sigo sin saber cómo he llegado aquí. Cada vez veo la vida con unos ojos más tristes porque mi cuerpo me responde de una forma que no espero, es automático, es incontrolable. Es contradictorio, tener tantas ganas de vivir y no poder disfrutar... ¿por miedo? Así que estoy aprendiendo mucho sobre trastornos de a

Wasting my "mature" years

No sé si es el Alzheimer precoz el que consigue que se me disipen las ideas delante del ordenador. Mi “tanto por decir”… En breve hará 3 años que mi padre se fue. 3 añitos ya… Yo vivo en mi depresión, encubierta o cada vez más al descubierto, pero delante del personal debo disimular de lujo, como tantas otras cosas… Luego me emociono en el bar con una canción que me remueve a altas horas de la noche. Quedo de desequilibrada y ya está. Lo estoy, probablemente. Pero no más que la inmensa e inconsciente mayoría. Me cansa un poco el engaño de andar por casa. Casi que para montarme películas mejor hacerlo a lo grande, y fantasear. Porque la realidad es bastante lamentable. Pensarlo objetivamente me avergüenza demasiado. Las semanas se van esperando señales, esperando a mi manera, que no llegan o no de la forma en que me gustaría. Luego los veo y me revuelvo, si son igual de patéticos que el resto. Y están expuestos a la misma mierda, que el riesgo es para todos, no sólo para mí. A
Son las horas de la noche que debería dormir cuando mi cabeza tiende a dar más vueltas, pero entonces no es momento de comentarlo, ni de escribirlo. Sin palabras es mejor limitarse a los pensamientos, que lleguen y pasen, a su tiempo. Algunos permanecen, sobre todo los que no llegan a contarse. Te pienso mucho. Y en lo efímero de todo esto. Tú, las abuelas, la infancia, los momentos… También están los sueños. Tengo una mente muy tocada. No puedo aceptar que nunca más voy a volver a verte. Que has dejado de existir. 

Domingo 9

Domingo de tarde, post celebración de cumple (muy tranqui, es lo que tiene no beber apenas, pero muchas risas) y pre regla. Iba a aprovechar que me he quedado sola para darme un baño relajante, pero de repente ha sonado la canción (too late, muy bien traída) de ese grupo francés que me ha recordado tiempos pasados, y la película de mi verano, que tanto me ha removido… Y me ha vuelto la sensación de vivir algo que nunca ha sido, la que se crea sólo en tu cabeza pero parece tan real como si esa posibilidad existiera. Me han entrado muchas ganas de contármelo... Hasta me han entrado ganas de volver a escribir en el blog. No creo que lo haga. Son las hormonas. Me voy a la ducha. 

To wish impossible things...

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Contigo nunca me ha costado ser sincera, no suelo mentir, pero tampoco mostrarme así de transparente. Será porque no tengo nada que perder, o porque sé que nunca voy a ganar… Imagino excusas para dar cierto sentido a mi alrededor. No quiero evitarlo porque me hace estar viva, y es una sensación a la que no voy a renunciar. Porque si no muero un poco, y a esta vida le sobra mucha pena.  También mi filtro es diferente. Quizás sea mi forma instintiva de sobrevivir... Tú figuras en la lista, ahora. Un pretexto con parte de verdad y parte de mentira. No puedo comprobarlo, para bien o para mal. Los orígenes, los momentos, las conexiones, la complicidad… eso es cierto. Otra parte nunca va a suceder, así que me permito “inventarlo”, aunque la realidad sea diferente, y tengas la tuya muy clara. Es mi decisión, no deberías molestarte ni en pensar en ello, porque no te afecta. Simplemente lo reconozco. No puedo justificar esa otra parte, es independiente. Busc

Tomás.

Va ya para 10 meses de aquella “tarde tonta”. La tarde en la que al volver a casa encontré el llanto de mi hijo, la cara desencajada de mi madre y mi padre echado en su cama… Una ambulancia que llega tarde porque se ha perdido, una doctora a falta de humanidad y unos señores custodiando una habitación durante horas. Hasta que llegó el forense. Así te llevaron. Y todavía no has vuelto. No has vuelto para cuidar de tu nieto y tocarle el rabel. Ni para bromear con tu mujer y tomar juntos el café. No has vuelto a escribir correos a tu hijo ni a llamarlo por teléfono. No ha habido más discusiones con tu hija, pero tampoco esas grandes conversaciones. No te sientas frente al ordenador ni escribes en tu diario. “Es preferible reír que llorar, y así la vida se debe tomar, los ratos buenos hay que aprovechar, si fueron malos mejor olvidar”... Ya no tarareas ninguna canción. Te llevaron… y no te dejaron quedarte un poco más, para seguir en esta vida, de la que tanto te costaba tira

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El 2013 se ha ido... Excusa para ponerse nostálgica (aunque no me haga falta) y sumar otra reflexión. Un año menos y 365 canas más que peinar. Otro de esos para quedarse atónita mirando alrededor, sin saber muy bien qué hacer. Debemos ser un chiste muy gracioso… Y otro venciendo a los demonios propios, el enemigo particular. El año que pude reconocer esa "esencia de la vida", porque Mateo es sin duda lo mejor que me ha pasado. Esos son los motivos. Espero que para todos aquellos que de una u otra forma estáis en mi vida, este 2014 sea un año de los que apetece recordar. Menos mal que siempre nos quedará la música. Aunque se nos escape el tiempo buscando la canción…